martes, 29 de noviembre de 2016

LA CREACIÓN DEL MUNDO



Los Morlok’kos de la luna exterior de Sansouci se transmiten, oralmente y de generación en generación, un extraño poema épico que narra la creación de sumundo. En un encomiable esfuerzo, que ocupa la nada desdeñable extensión de 4258 páginas, el filántropo y eremita doctor Hugo Kärl’t-Offhenn consiguió ofrecer al mundo científico la transcripción fonética e íntegra de dicho poema.
A continuación tenemos el honor de reproducir la Introducción (sólo) de dicho poema, a modo de gustosa breviscomplexia para avispados Sátrapas.

(La lectura debe acompañarse con un lento golpeo del puño cerrado, sobre una mesa maciza y de madera, en cadencia 2x4 a modo de latido: tumb,tumb,..tumb,tumb,...)

La Creación del Mundo
(Introducción)

Selarutan soscurre solde tonemia
Chevorpa y soumorje daviremia
Dadical deal yanburengue
Toncque sovitrapo selagel tosengue
Narcipes sediecos zonape
Sonadadicu aled choderape
Nuy lasico hamuna yetusit
Noc tenebima diemo nocicetro cusit
Dadeciso oc senadineces seldaro
Nocicafistas lade prenolaro
Selarutan socruens tucen
Dadicapac tuca ragusea mucen
Blenisoste rolladose nued noci
Guraficon alno miter donuges poci
Yen davi alica bledalocumTenebima diemo nude tonemi rocum
Tenmani al nocirelac firja
Bede hamuna nocica cremirja
Zaludana dadeciso aved larutanes
Itivacinia cuadenaida ne blucipanes
Safende dabiponsa mosa nua
Nocipastre greisos nocidon yalenua
Centantos nuesa diemo tameria
Nocimasca mutrins detodase tinsiteria
Tresen sedo aluvenacio
Misneca petencominal dudi macio
Rajome lay murtrins vitocolet
Apajisca blevaria numocet
Dadineces turafu mitabreno
Titucoris cogitra nele pirdateno
Ded lequa apral bojevotes
Ciovires sijesapa secrotes
Leapra asimonis tilpaca
Aonumato lase lotri olsaca
Frimatronsa granere sopreco
Masites cixigeneas yuyeco
Crenotoc lanepomique omoc
Amidente mionitripa morpoc

Fin

Gullermo Rodríguez  de Lema

viernes, 25 de noviembre de 2016

LOS AGUJEROS NEGROS EN LA CIENCIA PATAFÍSICA


Quién me iba a decir que gracias a la patafísica sería candidato a ganar un premio Ig Nobel de física o quizá un nobel de literatura, que tampoco es moco de pavo y en estos tiempos no se sabe lo que te puede caer.
Quién me iba a decir a mí que gracias a la patafísica iba a resolver un problema que intrigaba al común de los mortales bípedos desde hace unas cuantas décadas. Y más aún sabiendo que muchos eminentes científicos han fracasado en su intento de encontrar una respuesta coherente a ese misterio.
Sí señores, me refiero a la desaparición de los calcetines en la lavadora.
Andaba yo contemplando, obnubilado, el centrifugado del útil electrodoméstico cúbico cuando caí en la cuenta que la clave estaba en la espiral patafísica.
¡¡¡Eureka!!! Grité. Un chispazo de luz había iluminado mi mente.
Sí, el rápido torbellino de agua que se genera dentro de la lavadora tiene el poder de producir pequeños desgarros en el tejido de espacio-tiempo.
Por fin, encontré el agujero, tanto tiempo buscado, por donde se colaban mis queridos calcetines desaparecidos.
Justo en ese momento, en otra dimensión paralela, otro patafísico, descubría, tan sorprendido como yo, la causa de que en su lavadora aparecieran extraños calcetines que no eran suyos.
A mí acaban de darme el Ig nobel, al patafísico de la otra dimensión le han quitado un premio igual y a mis calcetines viudos les queda al menos el consuelo de saber que su querido compañero perdido ha rehecho su vida en algún remoto universo desconocido.

¡¡¡Larga vida a los calcetines desaparecidos donde quieran que estén!!!

Fdo. Miguel Mochón de la Torre (Sátrapa Trascendente del I.P.G.)

martes, 22 de noviembre de 2016

CERVICALGIAS Y LEVITACIÓN



Uno de las grandes patologías de nuestro tiempo -salvando, claro está, el ansia por acumular bienes terrenales- es la cervicalgia crónica o dolor de cuello y aledaños, consecuencia lógica del sedentarismo y el exceso de horas frente a la pantalla. El cuello está diseñado para mirar al frente pero, eso sí, sin descuidar de los flancos.
Muchas han sido las terapias ensayadas por la ciencia médica para tratar el citado trastorno, pero ninguna tan definitiva como la del doctor Hu Mei (Chuen Qin) quien apuesta por levitación patibularia como solución inequívoca para las cervicalgias. En efecto, las propiedades de la tracción vertical para descontracturar los músculos trapecio y esternocleidomastoideo son indiscutibles. Llevada hasta sus últimas consecuencias, la tracción vertical soluciona el problema y, de paso, acaba con todos los demás: ansiedad, tabaquismo, infidelidad, desempleo, estreñimiento, intereses hipotecarios, estulticia, hipocrondria, adocenamiento, inapetencia sexual, racismo y demás fobias.
La terapia del doctor Hu Mei, no surge por generación espontánea. Sabemos que hubo precedentes en Texas y Arizona, tras estudiar que actividades como montar a caballo (si no se practican adecuadamente) podrían producir cervicalgias crónicas. Es por ello que, a finales del siglo XIX, el doctor Holliday, aconsejaba practicar la levitación patibularia con los pacientes aquejados de cuatrerismo recalcitrante.
Entre nuestras eminencias, el doctor Capdepón, se muestra partidario la tracción vertical en aquellos casos de reincidencia, ante una de las patologías más extendidas en nuestro tiempo: la prevaricación. Entendemos que la solución propuesta por Capdepón podría pecar de radical, y aún así no nos queda más remedio que fantasear con la posibilidad de encontrarnos un día con un buen número de escaños vacíos y cierto aire de inquietud entre los beneficiarios del pertinaz saqueo. 
La levitación patibularia siempre tendrá sus sus inconvenientes, sobre todo cuando es uno mismo el invitado a practicarla. 

C. Luthemby

viernes, 18 de noviembre de 2016

BREVE HAGIOGRAFIA CHOTOKLÁN EL MAGNÍFICO




Muchas y muy ponderadas fueron las virtudes y cualidades que adornaban el genio y la persona de Chotoklán el Magnífico. Ahora bien, si hubiera que encomiar una de ellas por encima de las demás, esta sería, sin lugar a dudas, su enorme (descomunal) capacidad para la suplantación.
A la tierna edad de 14 años ya suplantaba a su abuelo. Acudía regularmente al casino del pueblo (Saint Bacín Coronado), donde, audazmente, jugaba al dominó con otros jubilados. Asimismo, cuando constaba fehacientemente que el viejo salía de parranda, Chotoklán suplantaba a su abuelo en las lides maritales, esto es, cohabitando con la abuela. Hizo lo mismo con las novias de sus hermanos y, más tarde, con las esposas de sus allegados. Curiosamente, nadie pareció advertir la naturaleza de dichas suplantaciones. Suplantando era infalible.
A los diecinueve (tiernos) añitos decidió hacer fortuna escribiendo los guiones de Guillermo Sautier Casaseca. Más tarde elaboraría las respuestas del consultorio radiofónico de Elena Francis.
No podemos dejar de lado otra de sus cualidades más conspícuas: la composición musical. Así pues, a los veintitrés (tiernos) añitos estrenó varias obras, eso sí bajo la firma de Shostakovich. Nadie pareció advertir que Shostakovich llevaba muerto más de treinta años. Las obras, sin embargo, se dieron como auténticas del genio ruso, lo cual evidencia la gran capacidad de Chotoklán el Magnífico (o Chotoklán el Suplantador) para suplantar lo que fuera menester.
En el campo de la literatura, otra de sus grandes pasiones, Chotoklán redactó 47 volúmenes que añadió a los 42 ya existentes de las Memorias de ultratumba, de Chateubriand. Registró de paso, como suya, la creación del filete Chateaubriand, adquiriendo sustanciosos derechos de autor. Las obras musicales se vendieron discretamente y no reportaron beneficios a Chotoklán.
A principios del presente siglo, Chotoklán asistía con cierta frecuencia a las conferencias que tenían lugar en el seno de la Sociedad Peripatética Transpalotinesca, de la cual se hizo socio bajo la identidad de Michel Foucalt, dado lo cual recibía puntual correspondencia con la programación trimestral de la S.P.T. Fue así como se percató -no sin el correspondiente estupor- de que la primera conferencia de aquella misma semana correría a cargo de un tal Chotoklán M. Cuál no sería su asombro, una vez instalado en uno de los asientos destinados a la audiencia, al comprobar que el conferenciante tenía sus mismos rasgos, el mismo pelo, la misma voz, incluso su misma ropa, y que la perorata iba a versar sobre las técnicas ancestrales del arte de la suplantación.



Fdo. Estulticius Karataunas

miércoles, 16 de noviembre de 2016

CONTRATIEMPOS ECONÓMICOS

Durante sus delirantes filípicas, nuestro difunto progenitor nos advertía vehemente con aquel lugar común de que "el dinero no crece en los árboles", por más que, a día de hoy, las plantaciones de almendros producen verdaderas fortunas a quienes tuvieron a bien plantarlos. También dijo aquello de, "un día de estos vamos a salir ardiendo", cuando comprobaba que habíamos olvidado apagar el braserillo de picón y, mire usted por donde, acertó, por cuanto se cumplió con su voluntad de ser inciderado post mortem. La capacidad intuitiva de nuestro (difunto) progenitor era inextricable. De ahí que, en los tiempos que corren, se debería poner en cuarentena al filósofo de a pie, que tanto abunda en las tertulias radiotelevisivas, sobre todo en el caso de los expertos en ciencias monetarias, ya que todos parecen saber de lo que va la coyuntura pero ninguno de ellos supo predecirla con tiempo suficiente para revertir el drama en comedia. Habida cuenta que los tiros no hay ido por ahí, podemos colegir que la estirpe de los expertos en ciencias monetarias -dicho sea con todo el respeto- deviene inútil y, a la postre, la susodicha coyuntura podría haberse amortiguado cerrando las facultades de ciencias monetarias y ahorrando a las universidades un pastizal, que bien se hubiera podido invertir en empresas viables, esto es, cualquiera excepto las inmobiliarias. Aunque por otro lado, también es cierto que la meritada coyuntura ha traído al mundo un buen número de nuevos millonarios, de lo que se infiere que las ciencias monetarias van a versar de "cómo forrarse unos cuantos a costa de otros muchos".