viernes, 18 de noviembre de 2016

BREVE HAGIOGRAFIA CHOTOKLÁN EL MAGNÍFICO




Muchas y muy ponderadas fueron las virtudes y cualidades que adornaban el genio y la persona de Chotoklán el Magnífico. Ahora bien, si hubiera que encomiar una de ellas por encima de las demás, esta sería, sin lugar a dudas, su enorme (descomunal) capacidad para la suplantación.
A la tierna edad de 14 años ya suplantaba a su abuelo. Acudía regularmente al casino del pueblo (Saint Bacín Coronado), donde, audazmente, jugaba al dominó con otros jubilados. Asimismo, cuando constaba fehacientemente que el viejo salía de parranda, Chotoklán suplantaba a su abuelo en las lides maritales, esto es, cohabitando con la abuela. Hizo lo mismo con las novias de sus hermanos y, más tarde, con las esposas de sus allegados. Curiosamente, nadie pareció advertir la naturaleza de dichas suplantaciones. Suplantando era infalible.
A los diecinueve (tiernos) añitos decidió hacer fortuna escribiendo los guiones de Guillermo Sautier Casaseca. Más tarde elaboraría las respuestas del consultorio radiofónico de Elena Francis.
No podemos dejar de lado otra de sus cualidades más conspícuas: la composición musical. Así pues, a los veintitrés (tiernos) añitos estrenó varias obras, eso sí bajo la firma de Shostakovich. Nadie pareció advertir que Shostakovich llevaba muerto más de treinta años. Las obras, sin embargo, se dieron como auténticas del genio ruso, lo cual evidencia la gran capacidad de Chotoklán el Magnífico (o Chotoklán el Suplantador) para suplantar lo que fuera menester.
En el campo de la literatura, otra de sus grandes pasiones, Chotoklán redactó 47 volúmenes que añadió a los 42 ya existentes de las Memorias de ultratumba, de Chateubriand. Registró de paso, como suya, la creación del filete Chateaubriand, adquiriendo sustanciosos derechos de autor. Las obras musicales se vendieron discretamente y no reportaron beneficios a Chotoklán.
A principios del presente siglo, Chotoklán asistía con cierta frecuencia a las conferencias que tenían lugar en el seno de la Sociedad Peripatética Transpalotinesca, de la cual se hizo socio bajo la identidad de Michel Foucalt, dado lo cual recibía puntual correspondencia con la programación trimestral de la S.P.T. Fue así como se percató -no sin el correspondiente estupor- de que la primera conferencia de aquella misma semana correría a cargo de un tal Chotoklán M. Cuál no sería su asombro, una vez instalado en uno de los asientos destinados a la audiencia, al comprobar que el conferenciante tenía sus mismos rasgos, el mismo pelo, la misma voz, incluso su misma ropa, y que la perorata iba a versar sobre las técnicas ancestrales del arte de la suplantación.



Fdo. Estulticius Karataunas

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